Ante mi próxima maternidad, son muchos quienes me han recordado las ventajas de trabajar por cuenta propia a la hora de llevar a cabo una mejor conciliación laboral y familiar. La flexibilidad horaria, la externalización de procesos y servicios, las herramientas de optimización de tareas… No dudo de su beneficio, pero como aún me encuentro en la fase anterior, me dispongo a hablar sobre las decisiones que he tenido que tomar de cara a gestionar mi vida personal y profesional, dos áreas que no distan apenas cuando se dispone de una empresa propia.
Ahora que me enfrento a la parte final de mi embarazo, me ha resultado complicado dejar de trabajar. Había planeado continuar haciéndolo hasta el día en el que me pusiera de parto y, sin embargo, he tenido que parar con alguna semana de antelación por prescripción médica. Pese a las indicaciones facultativas, me resultó complicado decir “hasta aquí”. Y eso que el nacimiento de mi primer hijo es una de las experiencias más deseadas, intensas e ilusionantes a las que me he enfrentado. Pero el hecho de no poder gestionar ambas áreas y tener que renunciar a la profesional antes de tiempo hizo que me diera cuenta de lo importante que había llegado a ser mi empresa. Mi proyecto, ese al que he dedicado tanto tiempo y esfuerzo en los últimos tres años y medio y que me ha provocado tantos desvelos y alegrías.
Cuando me refiero a las dificultades de dejarlo, lo hago respecto a la responsabilidad y el compromiso que ha generado en mí Lore Treviño Comunicación 360, porque ninguno de mis clientes me ha puesto la mínima dificultad ante el adelanto de mis semanas de descanso. De hecho, todos ellos se han mostrado muy comprensivos y aceptado sin queja alguna mi retirada previa. Aprovecho este post para agradecerles a todos ellos el cariño que me han mostrado en las últimas semanas. Y puestos a dar las gracias, no quiero olvidarme ni de mis colaboradores, que me han sido de gran ayuda en estos últimos meses, ni de los periodistas, que se han sumado a la larga lista de emails de cariño y buenos deseos en los últimos días.
Hasta primeros de septiembre me centraré únicamente en este pequeño gran proyecto personal pero, una vez pase el verano, estaré de vuelta para continuar dando lo mejor de mí y aprender a gestionar esta nueva y apasionante simbiosis.